La sintomatología oscila, desde pequeñas molestias hasta dolor intenso y ataxia completa, originado fundamentalmente por una degeneración del cartílago articular del acetábulo y de la cabeza del fémur, pérdida de tensión del ligamento redondo, desgaste y aplanamiento de las superficies articulares, etc.; finalmente, se produce una luxación de la cabeza del fémur y aparecen signos de artrosis.
El diagnóstico se realiza por los síntomas y por datos obtenidos de la exploración y de forma definitiva por radiografía, para lo cual es necesario anestesiar al perro para conseguir un grado de relajación suficiente para poder observar una subluxación y ver el grado de tensión del ligamento redondo. Para ver esto, el perro ha de estar en una posición muy forzada, ello le provocaría dolor y no nos permitiría un diagnóstico correcto, por tanto, la radiografía se ha de realizar de forma obligatoria con el animal anestesiado.
OPCIONES DE TRATAMIENTO
A) Médico. Encaminado a mejorar el estado general del animal, disminuyendo el dolor, mediante una limitación del ejercicio, la administración de analgésicos, como la aspirina y de antiinflamatorios, como fenilbutazona, corticosteroides, etc., que se utilizarán según criterio del veterinario, pues poseen efectos secundarios importantes. Con este tratamiento el problema no se soluciona de forma definitiva, el animal sigue con displasia, pero mejora su calidad de vida.
B) Quirúrgico. Hay siete técnicas de cirugía. Las más utilizadas son:
- Miectomia parcial del pectíneo. Consiste en la disección y eliminación parcial del músculo. Es sencilla, barata y de resultado más o menos aceptable.
- Otra técnica consiste en extirpar la cabeza del fémur.
- Osteotomía triple. Es una de las más interesantes, de mayor complejidad que las dos anteriores y con resultados espectaculares.
- Prótesis total de la articulación. Es la más avanzada y la de mayor costo económico.
Después de esta breve descripción del significado clínico de la displasia, me gustaría establecer la diferencia entre dos tipos de displasia a nivel funcional.
1) Dentro de este primer tipo se englobarían los animales que presentan una patología evidente.
2) Perros que son eliminados de la reproducción por presentar un grado de displasia superior al permitido por el club correspondiente y que no manifiestan síntomas clínicos.
Para tranquilidad de muchos propietarios, diré que los perros eliminados de la reproducción por presentar un grado de displasia superior al permitido para la cría (por lo menos en Alemania) constituyen un número de casos bastante significativo, pero la mayoría de ellos están lejos de presentar problemas físicos. Existen muchos casos de perros que después de ser clasificados en primeros puestos en exposiciones de belleza, donde se exige movimiento impecable, posteriormente son radiografiados y debido al grado de displasia que presentan son eliminados de la reproducción y evidentemente si tuviesen algunos problemas físicos que les dificultase lo mas mínimo la locomoción no ganaría nunca una exposición. O sea, un perro, por el hecho de ser eliminado de la cría, no quiere decir que vaya a padecer lesiones y puede ser un perfecto animal de guarda y de compañía.
Además, a nivel reproductivo, el límite admitido varía según los países y se va modificando con los años, lo que en un determinado país se considera libre y apto para cría ahora, a lo mejor ya no, y ese mismo grado en otro país se puede seguir considerando como apto.
Estimar la incidencia de casos de displasia del tipo primero, o sea de los que presentan sintomatología, es relativamente fácil, pues estos perros acuden a las clínicas veterinarias en busca de una solución, que en la mayoría de los casos llega por la vía quirúrgica. Estos animales pueden representar aproximadamente un dos o tres por cien de la población actual que hay hoy en España.
Valorar la incidencia de casos que serían eliminados de la reproducción resulta difícil en nuestro país, pues la radiografía de cadera, aunque es obligatoria a nivel del club de España, no es requisito indispensable para utilizar un semental para la cría, pues sobre ello tiene competencia exclusivamente la Sociedad Canina Central y no existe normativa al respecto, por lo que a excepción de los ejemplares que poseen los verdaderos profesionales del y los que están en manos de particulares responsables. El resto, que es un porcentaje enorme, están sin evaluar y me temo que seguirán así por mucho tiempo y, aunque crucen de forma esporádica, constituyen un volumen importantísimos del total de camadas que nacen en España.
El CRE (Club del Rottweiler de España) ha puesto como norma obligatoria tener radiografiados a los ejemplares propiedad de los socios, pero no tiene poder suficiente para impedir que cualquier socio críe con una perra displásica, y mucho menos a los que no son socios.
En Alemania, cuna de la raza, es indispensable, para utilizar cualquier en la reproducción cumplir una serie de requisitos, entre ellos no superar el grado de displasia permitido para la cría por el ADRK (Club de Alemania).
Hay cinco grados para clasificar el nivel de displasia que presenta un ejemplar. Todos los perros que aparecen en un pedigrí alemán están clasificados dentro de uno de esos cinco grados, veremos las siglas HD, que quiere decir displasia canina y, a continuación, el grado que tenga que puede ser:
- Frei, o -, que sería libre.
- +/-, que es la forma de transición.
- +, que es displasia leve.
- ++, displasia media.
- +++, displasia grave.
Los animales se radiografían a partir de los 18 meses. En un principio, consideraron aptos para la cría los cuatro primeros grados, posteriormente se rebajó un grado y los triple + se eliminaron y desde hace unos años el ADRK ha decidido admitir solo los que presenten los dos primeros grados, o sea - y +/-, para los animales nacidos a partir de la fecha de publicación de la nueva normativa.
La clasificación en cinco grados va perdiendo interés, pues en principio sólo el quinto era rechazado y era necesario conocer el grado de los aptos para combinarlos de forma adecuada, hoy en día realmente como solo se admiten dos grados, el HD+ no es apto, y nos da casi lo mismo que sea + o que sea +++. Sí es cierto que nos sirve para valorar a un semental y ver en su descendencia si existen muchos o pocos casos de displasia grave.
En 1994 se radiografió en Alemania un total de 940 perros, de ellos 431 fueron HD-, 68 HD+, 27 HD++ y 14 HD+++; fue apto para cría el 95.6 por 100, mientras que hoy esa cifra se hubiera reducido hasta el 88 por 100. Son cifras francamente buenas y se han conseguido, gracias a la política de selección seguida por el ADRK. De todos modos, esta estadística se falsea un poco y en realidad no solo nace ese pequeño porcentaje de perros displásicos, lo que sucede es que poco antes de la radiografía oficial hacen una previa y, si ven que van a tener problema, con un determinado ejemplar, lo venden antes al extranjero, pues luego les resultaría difícil y por eso no aparece engrosando la lista de perros displásicos en las estadísticas oficiales. Las cifras, aunque se vean un poco modificadas, son muy buenas.
En España, si radiografiásemos a todos los Rottweiler existentes creo que obtendríamos un resultado con un porcentaje superior de no aptos en relación al de Alemania, y no es de extrañar, pues de momento no realizamos un programa de forma seria encaminado a controlar un problema tan grave como es la displasia canina.
En España hay muchas perras que están sin radiografiar. En estos casos, aunque sus dueños piensen que «posiblemente» no tengan displasia, ante la duda deberían utilizar machos que hayan sido radiografiados, que sean libres y, si es posible, que tengan el mayor número de perros libres en su pedigrí, como es el caso del súper campeón «Ken V. Schwaiger Wappen» que de 14 perros que aparecen en las tres primeras generaciones de su pedigrí todos son HD-, excepto dos que son HD+/-. Sería un buen semental en este aspecto. O como «Diabolo V. Wolfert Turm», actualmente en España, que son todos HD- excepto tres.
Hay que decir que la genética no es una ciencia exacta, sobre todo en taras como la displasia, cuya herencia no sigue las leyes de Mendel y así podemos ver casos como la camada «D" del criadero Vom Rhongeist: de seis perros radiografiados, los resultados fueron: «Darius» HD+/-, «Dingo» HD+/-, «Dino» HD+, «Dolly» HD+/-, «Dick» HD+/- y «Dixi» HD-. De seis, solo uno fue HD-, y si vemos su pedigrí casi lo único que nos hubiésemos atrevido a asegurar es que todos saldrían HD-, pues es uno de los pocos pedigríes que conozco en el que los 14 perros de las tres primeras generaciones son HD- sin ninguna excepción, y en cambio solo uno lo fue. De todos modos aunque a veces nos llevemos alguna sorpresa como la de esta camada alemana, ésta es la forma correcta de proceder, procurando utilizar líneas lo más limpias posibles de displasia.