PROGRAMA DE ADIESTRAMIENTO
1- Establecer el área y el procedimiento a seguir. Recordemos que a los perros les estimula más, y por tanto, les resulta más fácil hacer sus necesidades en zonas de hierba o tierra (si bien el inconveniente es que no siempre están disponibles cerca de nuestra casa, en las ciudades) algo que podemos utilizar para facilitar y acelerar que el perro aprenda a hacer sus necesidades fuera de casa.
2- Hay que dar al perro numerosas oportunidades para que haga sus necesidades y evitar que tenga opción alguna de cometer errores (que pudieran reforzarle el hábito que intentamos erradicar, «hacer pis en casa, en un lugar no deseado»). Cuando hablamos de numerosas oportunidades nos referimos a 6-7 veces al día, como mínimo, fundamental a primera y última hora del día, así como una vez que llegamos a casa y antes de irnos. Hoy día, con nuestro ritmo de vida y las exigencias de nuestros trabajos puede requerir un gran esfuerzo, por eso es tan importante que todos los miembros de la familia se involucren en el proceso para que no recaiga todo el trabajo en uno. Cada vez que bajamos al perro deberemos darle suficiente tiempo para que olisquee el área seleccionada (no es sólo cuestión de bajar y subir) y premiarle efusivamente (con una golosina exquisita y muchas caricias) si hace algo. |
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Es vital que no nos olvidemos este punto para lograr que el perro pueda establecer con rapidez la asociación y comprender lo que esperamos de él.
3- Una vez en el área seleccionada deberemos establecer unos límites en los que permitiremos al perro olisquear, y nos esforzaremos por mantener la correa relajada (sin tensión) para que el perro esté más cómodo y relajado. No permitiremos que nos arrastre de un lado a otro.
4- No iniciaremos los paseos, por el parque o alrededor de la manzana, hasta que lo haya hecho.
5- Una vez que el perro hace sus necesidades y subimos a casa lo mantendremos siempre a nuestro lado, atado con la correa como una sombra (otra posibilidad es ponerlo en una jaula de transporte con sus juguetes cuando no nos sea posible supervisarlo), para impedir que tenga la tentación o posibilidad de realizar el comportamiento no deseado, los perros son los primeros a los que les desagrada estar en un lugar reducido junto con excrementos, de hecho cuando van por la calle y se tropiezan con una caca en la acera la rodearán o tratarán de dar un pequeño salto para no pisarla. Si conseguimos evitar que tenga la posibilidad de hacer sus necesidades dentro de la casa evitaremos tener que corregirle y que la relación amo-perro se vea afectada, que se incrementen los niveles de ansiedad y estrés, que el cachorro pierda confianza, además de tener que «vernos en el espejo», y, por último, que ese comportamiento del perro se vea de nuevo reforzado.
6- Aunque el perro ya haya hecho sus necesidades en dos ocasiones, por la mañana, por ejemplo, seguiremos aplicando el mismo método a lo largo del día.
7- Una vez que logramos que nuestro perro haga sus necesidades en el exterior (fuera de casa) de forma regular y sistemática nuestro siguiente objetivo será conseguir que haga sus necesidades a nuestra señal u orden, en el lugar que seleccionamos. Para ello repetiremos la orden seleccionada antes de que el perro comience a realizar los movimientos característicos.
8- Facilitará muchísimo las cosas si somos capaces de mantener los horarios de evacuaciones independientemente del día de la semana.
Si seguimos estos pasos sistemáticamente deberíamos apreciar progresos en el plazo de 3-4 semanas, de lo contrario será necesario «sacar el espejo» y revisar el procedimiento para determinar qué es lo que estamos haciendo mal.
Recuerda que en el adiestramiento de los perros no hay atajos, ni varitas mágicas; hay que trabajar y trabajar, repetir y repetir, premiando siempre al perro cuando lo hace bien.
Cuando tengas consolidada esta fase tal vez podamos platearnos el «sistema japonés» (siempre muy prácticos ellos), consistente en que el perro lo haga directamente en la bolsa, pero eso ya queda para nota.
Texto: Benigno Paz.