Cuando vamos a salir de viaje con nuestro perro o gato, especialmente si el viaje va a ser largo, es fundamental que pensemos en nuestra seguridad desde diversos puntos de vista. Es preciso tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad del conductor, de los ocupantes y del animal transportado, además de no impedir, en ningún momento, la concentración y visibilidad del conductor.
En este sentido, el Reglamento General de Circulación en España establece que los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos o animales.
Además, el conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción de tal forma que se garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. Al objeto de conseguir estos extremos, debe cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de pasajeros y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos. Por último, es preciso recordar que la superficie acristalada del vehículo debe permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule.
Estas normas obligan principalmente a que el transporte de animales dentro de un vehículo se efectúe con unas determinadas condiciones que garanticen la seguridad y no interfieran en modo alguno en la labor de conducción, lo cual implica transportar a los animales de forma que se puedan controlar fácilmente y en un lugar en el que no puedan en modo alguno molestar al conductor no debiendo perder de vista que los animales pueden actuar en un determinado momento de forma incontrolada, asustarse ante determinados movimientos o situaciones de la vía o de otros usuarios.
No debe encerrarse al animal en el maletero si no está acostumbrado porque puede emitir sollozos y molestar o poner nervioso al conductor. Si se lleva en transportín, no debe colocarse cerca de un airbag porque, en caso de existir algún problema, se podría dañar su estructura y al propio animal.
Un buen sistema consiste en habilitar un lugar que los mantenga aislados del resto de pasajeros del vehículo. La mejor opción son las barreras a medida, sobre todo las colocadas por el propio constructor del automóvil porque se adaptan mejor y son más resistentes. También el arnés de seguridad es seguro, sobre todo para perros grandes, pues permite asegurar que el animal se mantiene en la parte de atrás y lo retiene en caso de frenazo o colisión.