También el problema puede venir por «espesas mantas» capilares poco o nada cuidadas, que harán la función de una olla a vapor, «cocinando» la piel de nuestro acalorado animal. En uno y en otro casos pondremos el mayor interés evitando el exceso de sol los primeros días y manteniendo una correcta rutina de higiene (cepillados diarios principalmente en animales de pelo largo), lo que permitirá mantener el buen estado de la piel de nuestra mascota.
Podremos aliviar las molestias del tiempo de adaptación refrescando al animal con duchas de agua (sin jabón); si aun poniendo el mayor interés, nuestra mascota aparece con la nariz roja o con descamaciones, acudiremos al veterinario antes de experimentar con maravillosos productos de supuesta utilidad para nuestras pieles.