Debemos estar tranquilos hasta los 18 meses de edad de la perra, ya que existe la posibilidad de no presentar el celo antes de esta fecha. Si pasado dicho período aún no existieran indicios de celo, deberíamos acudir a nuestro veterinario de confianza; él estudiará las causas de esta ausencia de celos (impuberismo) de nuestra mascota.
Generalmente el primer celo (y los siguientes) puede identificarse por el cambio de comportamiento del animal, el aumento de tamaño de la zona genital (edema vulvar) y las pérdidas hemorrágicas; estas últimas y el edema de la vulva suelen ser más intensos en el primer celo que en los posteriores.
PERIODICIDAD DEL CELO EN LA PERRA
El celo se desarrolla en un período de una duración media de unos quince días (entre ocho y veinte); durante este tiempo debemos ponernos alerta en el caso de que las pérdidas hemorrágicas duren más de 21 días (acudir al veterinario); podemos considerar normal la aparición del celo cada seis meses (entre cinco y 12), aunque lo más importante es que los celos sean regulares, ya sea cada cinco, cada siete o cada 12 meses.
Las perras con celos cada cuatro meses o menos suelen acabar presentando algún tipo de patología en su aparato reproductor.