El apetito y la saciedad son dos sensaciones reguladas directamente por el sistema nervioso central tras la recepción de diversas informaciones desde distintos puntos del organismo.
Esto es normal, por ejemplo, en animales nerviosos, como en ciertos ejemplares de ciertas razas miniatura.
Por supuesto, existen casos en los que esta situación se debe a una enfermedad como en ciertas patologías pancreáticas, hepáticas y en las parasitosis.
En caso de que nuestra mascota «coma como una lima» y parezca el palo de una escoba tendremos dos posibilidades:
■ El animal está contento, juega, corre, salta y tiene sus vacunas y desparasitaciones en regla; el veterinario realiza una valoración completa del animal y no existe patología alguna. En este caso podemos pensar que nuestra mascota, seguramente, disfrutará de una estilizada figura toda su vida.
■ El animal está apático, no tiene muchas ganas de juerga y sus vacunaciones y/o desparasitaciones no cumplen con las pautas recomendadas por el profesional: acudamos inmediatamente al veterinario para que realice una revisión general (analítica de heces y sanguínea) y ponga en orden sus pautas preventivas.