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Paso a Paso: Enseñarle a saludar a las visitas

Foto: Alberto Nevado - El Mundo del Perro.
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Foto: Alberto Nevado - El Mundo del Perro.
Éste es uno de esos casos en los que a la hora de plantearnos la modificación del comportamiento buscamos algo que sea fácil de enseñarle y que resulte incompatible con ir a saludar a las visitas. Hay que planificar y trabajar con tiempo. No podemos esperar solventarlo todo en dos minutos en presencia de las visitas, cuando estamos nerviosos (con todas las miradas fijadas en nuestro manejo, nuestra cabeza en otras cosas y nuestros perros que se encuentran en ese pico de excitabilidad incontrolado). Adiestrar es un proceso continuado y que exige planificación y trabajo sistemático para que el perro pueda asimilar y aprender qué es lo que esperamos de él.

Empezaremos en un lugar tranquilo, sin distracciones. Le pondremos un collar fijo a nuestro cachorro de forma que no se estrangule ni haga daño en caso de que dé un tirón de la correa. Le pondremos la correa y la fijaremos en un lugar seguro, dejaremos una manta en el suelo para que el perro pueda estar cómodo y no resbale. Nos alejaremos sin decir nada. Una vez que el perro se ha tranquilizado nos acercaremos, en silencio, y pararemos a un paso de distancia de nuestro perro. Permaneceremos callados. En el momento en que el perro se sienta le decimos muy bien y le damos una golosina (una bolita de pienso), en caso de que utilicemos nuestra voz, lo haremos con una entonación calmada, casi apagada. Nos volvemos a alejar y repetimos la secuencia hasta que logremos que el perro se siente en cuanto ve que nos aproximamos. Como podemos observar no damos ninguna orden. Lo que queremos es que el perro aprenda que la indicación/señal para sentarse es nuestra aproximación. Después de cinco o seis repeticiones nos asombraremos de ver cómo el perro ha captado el mensaje (sin necesidad de utilizar nuestras órdenes). Cuando ya nos sintamos satisfechos con el grado de respuesta de nuestro perro en esta situación, variaremos el entorno, pasaremos a practicar el ejercicio en otro lugar de la casa.

Superada esta nueva fase, podemos introducir un grado mayor de distracción, por ejemplo, incitando a nuestro perro con gesto o la voz, al tiempo que nos acercamos, y premiándolo sólo cuando permanece sentado ante nuestra aproximación e ignorar las demás incitaciones. Luego repite la secuencia desde la fase más sencilla a la más compleja, utilizando a otra/s persona/s. Realizaremos ejercicios simulando la situación, con la colaboración de amigos para habituar al perro. Cada vez que se sienta delante de nosotros le prestamos atención y le damos una golosina, de lo contrario, lo ignoraremos dándole la espalda y sin decirle nada más. Practícalo y te sorprenderás de los resultados, de lo rápido que aprende tu cachorro. Este sentarse es un comportamiento alternativo que resulta incompatible con saltar para saludar a las visitas (si lo preferimos, podemos sustituir el siéntate por el échate).

Foto: Alberto Nevado - El Mundo del Perro.

CONTROL DE LA EXCITABILIDAD

Si sabemos que nuestro perro se excita mucho con las visitas, y mientras no consolidamos el plan de trabajo expuesto, lo mejor es anticipar la situación y atajar la excitabilidad en su comienzo, antes de que alcance su pico máximo. En el día de la visita (si todavía no hemos puesto en marcha nuestro plan de adiestramiento, podemos:

- Mantener al perro bajo control, con collar fijo y correa, en posición de sentado o echado. De este modo le resultará físicamente imposible acercarse lo suficiente a las visitas y lograr realizar ese comportamiento que le resulta gratificante (el contacto y atención de las visitas). Será necesario que pongamos todo nuestro empeño y que las visitas colaboren ignorando al cachorro, no prestándole atención y dándole la espalda si se sube.

- Podemos interponernos entre la visita y el perro de forma que no tenga la posibilidad de realizar el contacto.

- Darle al perro un juguete interactivo, cargado de comida, para que se entretenga, algo que le resulte mucho más interesantes que las visitas. También podemos atar alguno de los juguetes, cargado de comida, en el otro extremo del pasillo, de este modo al perro le resultará físicamente imposible estar en los dos sitios (mordisqueando el delicioso juguete o en presencia de las visitas).

Foto: Alberto Nevado - El Mundo del Perro.

DEMANDA DE ATENCIÓN

La clave está en prestarle atención al perro únicamente si se comporta sentándose, e ignorarlo en el resto de los casos. Tanto las visitas como los miembros de la familia premiarán y prestarán atención al perro cuando ofrezca el comportamiento deseado (permanezca sentado o echado), ignorándolo en las demás situaciones.

Como siempre, la resolución de este tipo de comportamientos que nos resultan problemáticos exige que establezcamos normas claras para evitar confusión en el perro y que todos los miembros de la familia y visitas las apliquen, de lo contrario será muy difícil lograr que el perro comprenda qué es lo que esperamos de él. ¡Mucha suerte!

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