La ingestión suele ser secundaria a juegos, paseos por el campo y, si se produce dentro del hogar, será por aburrimiento o por confinamientos prolongados. Determinar si una intoxicación o envenenamiento se ha producido por una planta no es una tarea fácil, ya que la mayoría de las ingestiones se realizan sin testigos solemos desconocer el nombre de las plantas que hay en nuestro hogar, en el campo, en los jardines o en los parques.
Entre las plantas cuya toxicidad provoca alteraciones cardiovasculares se encuentran las adelfas, la dedalera y el lirio del valle. Algunas horas antes del deterioro de las funciones cardiacas, habrá vómitos y dolor abdominal. Después, aparecerá una intensa brabicardia, con arritmias y muerte súbita. La savia de las adelfas puede producir, además, dermatitis por contacto y vesículas en la nariz y almohadillas plantares.
Las azaleas se han identificado como causantes de intoxicaciones graves capaces de provocar la muerte. Habrá debilidad extrema, hipotensión, disnea e insuficiencia respiratoria. Además se presentará dolor abdominal, salivación, vocalización, vómitos y diarrea.
Los filodendros, lirios de paz y los potos, una vez masticados, van a provocar alteraciones localizadas en la boca del perro, como son glositis y estomatitis o trastornos oculares y sistémicos. Todo esto dará lugar a un dolor inmediato e intenso, tumefacción local y salivación. Puede haber agitación de la cabeza, pérdida de vocalización y, raramente, afectación de las vías respiratorias. A nivel ocular, habrá escozor, y si no se trata la conjuntivitis se presentarán abrasiones y úlceras de córnea.

Algunos tipos de hiedra provocarán tras su ingestión, salivación profusa, dolor abdominal, vómitos y diarrea.
La flor de pascua provocará toxicidad leve y dará lugar a salivación, irritación digestiva y diarrea esporádica. El muérdago tiene efectos tóxicos más potentes causando una grave gastroenteritis con vómitos prolongados. El acebo también es capaz de provocar signos digestivos de mayor o menor gravedad.
La amarilis, tulipanes y narcisos se asocian a grastroenteritis graves o moderadas.
Si nuestro compañero ha ingerido alguna de estas plantas, lo recomendable es que llamemos al veterinario y le comuniquemos el nombre de la planta ingerida, el será el que nos podrá ayudar con su tratamiento.