Para que esto último no ocurra y se convierta en un trastorno para la convivencia, hay que empezar por enseñarles a estar dentro de su jaula. Desde el primer día, en casa, debe saber que hay un sitio especialmente para él, su jaula, que además no tiene que compartir con nadie y que incluso puede comer dentro de ella. Si se le acostumbra a comer al principio dentro de su jaula, no será nunca un problema para viajar o dejarle por algunos días en una residencia, el tema de la comida, no dejará de comer por esas situaciones.
Es necesario fijar unos parámetros y llevar a cabo un adiestramiento básico para que no sea él el que ponga las normas y se convierta en el amo de la casa. Son descendientes de terriers acostumbrados a cazar y dejarse la piel en ello, por lo tanto algo les queda en sus genes y su temperamento mandón les sale de vez en cuando.
Utilizar una jaula para el adiestramiento de un cachorro es un acierto. El se sentirá feliz y seguro y siempre estará dispuesto a participar en nuestras actividades. Para el cachorro, su jaula será como su casita de chocolate, estará a gusto y no pensará en destrozar cosas que se encuentren por su camino mientras todos dormimos.
Aunque al principio le cerremos la puerta, llegará un momento que no hará falta, el mismo se irá a dormir cuando considere preciso. Hay que valorar que hoy en día está prohibido llevar los perros sueltos en el coche, bajo multa cuantiosa, así que esta opción es por ello muy interesante para viajar, ya sea a su cita del acicalado, veterinario o un viaje en sí.
EDUCACIÓN PARA LA CONVIVENCIA
Es aconsejable que para poder disfrutar del carácter alegre y simpático de un Westie, que son cualidades de ellos, debemos empezar su educación desde el primer día que llegue a casa. No hay que confundirlo, las normas que les enseñes cuando llegue a casa son las que va a respetar y exigir, así que hay que ser disciplinado y rutinario con el cachorro.
El Westie no es un perro ladrador, aunque le guste llamar la atención por donde pasa, pero, en el caso de que el suyo lo sea, es tan sencillo como reñirle desde la primera vez, con un «no» o «ya basta», y en cuanto el cachorro pare y le mire, acaríciele y dele un nuevo juguete apartándole de la zona que le hizo ladrar. Es importante saber corregir los problemas a la primera de cambio porque luego se pueden complicar.
El Westie es muy comunicativo y siempre está esperando que le enseñes cosas nuevas, aprovecha su etapa de crecimiento para que luego se convierta en un Westie adulto equilibrado y auténtico terrier…
Personalmente, puedo decir que adoro a estos payasos, utilizan su graciosa figura y su mirada curiosa para pedirte las cosas que quieren, las poses que hacen, sus «bailes» y volteretas para demostrar alegría y seguir haciéndote pensar que les queda mucha cuerda, que quieren más, que les des más… Aprovéchate y disfrutarás con estos paticortos tozudos pero amorosos.