Vemos, por tanto, la complicación que el ciclo evolutivo de este parásito presenta, las circunstancias tan especiales que deben darse para que su desarrollo se complete de forma adecuada para la infectación. No obstante, este ciclo se completa cada vez con más frecuencia entre los perros de nuestro país. El dueño del animal enfermo debe saberlo cuanto antes, así como recibir la mayor información posible para que pueda tomar una decisión rápida y eficaz sobre el futuro de su perro.
Para realizar el diagnóstico de la leishmaniosis existen muchos procedimientos como:
- Test de fijación del complemento
- Test de hemoaglutinación indirecta
- Test de aglutinación en látex
- Test de aglutinación directa
- Contador inmunoelectroforesis
- Inmunofluorescencia indirecta
- ELISA
- Inmunoensayo oro coloidal
- Western blot
El que se realiza más frecuentemente y es muy seguro es la prueba de inmunofluorescencia indirecta, que se efectúa sobre una muestra de sangre del animal.
Cualquiera de estos métodos son fiables. No obstante, si las pruebas efectuadas nos dieran negativas pero los síntomas del animal nos condujeran a seguir pensando en este problema, es aconsejable, es aconsejable repetir la prueba una vez al mes para así tener la certeza de que nuestro animal está libre de leishmaniosis.
SÍNTOMAS
Uno de los problemas fundamentales de esta enfermedad es lo variables que pueden llegar a ser los síntomas que produce. Es por esto que muchos cuadros clínicos pueden requerir un diagnóstico diferencial, por lo que deberemos extraer sangre y verificar que el animal está libre de ella.
Los tipos de síntomas fundamentales en el proceso de esta enfermedad: los sistémicos y los cutáneos. Los síntomas de carácter general incluyen decaimiento, pérdida de apetito, falta de actividad y estado triste del animal, datos todos ellos muy típicos de la enfermedad, que pueden presentarse juntos o por separado, que son el excesivo crecimiento de las uñas y la presencia de hemorragias nasales sin causa aparente. Siempre que un perro sangre por la nariz con cierta frecuencia debe efectuarse un análisis de leishmaniosis.
También es frecuente que se presenten síntomas renales, ya que es éste el órgano de predilección del parásito, por lo que antes o después estos síntomas aparecen, aunque por norma general una vez que el proceso está muy avanzado ya poco se puede hacer contra él.
Con toda seguridad son los síntomas cutáneos los que con más frecuencia remiten al veterinario a sospechar de la enfermedad. Así, heridas poco importantes pero muy difíciles de curar, alopecias o pérdidas de pelo muy recurrentes, dermatitis que no responden a tratamientos convencionales, mal aspecto de las orejas, la trufa y la cabeza en general, presencia en poco tiempo de caspa generalizada en el animal, exceso de grasa en el pelo y otros problemas dermatológicos obligan al veterinario a descartar o confirmar esta patología.
TRATAMIENTO
Si nuestro animal ha tenido la mala suerte y se confirma la enfermedad , tendremos en cuenta que existen gran número de tratamientos encaminados a mantener un buen estado general de la mascota; es justo asegurar que a pesar de todos los esfuerzos y combinaciones farmacológicas, aún no podemos decir que la leishmaniosis tiene una cura definitiva.
Tras el tratamiento realizado y los controles periódicos, mantendrán una calidad de vida más digna, el animal vuelve a tener la vitalidad, el apetito, alegría y el aspecto que tenía antes de ser parasitado.
PREVENCIÓN
Se recomienda la utilización de fármacos preventivos existentes en el mercado (collares, sprays, jarabe, pipetas…), ya que aunque no alcancen la prevención total disminuyen en cierto grado la posibilidad de transmisión de la enfermedad.
También debemos recomendar que los animales no duerman en el exterior en las épocas de calor, que protejamos el interior del hogar con mosquiteras y que intentemos evitar dar paseos nocturnos.
Texto: Fausto Ruiz Sedano (Veterinario).