Causan daños físicos y eso hace que la manada sea más débil, lo cual es algo que ninguna manada puede permitirse, ya que causaría su extinción. Los perros viven en un mundo de sensaciones: percepciones visuales, olfativas y auditivas.
El perro se comunica con nosotros. No habla pero la información sale de él de la misma manera que si hablase. Debemos hacer mucho hincapié en conocer las señales de comunicación del perro para tenerlas en cuenta a la hora de trabajar, entrenar o simplemente en su relación diaria con el medio que le rodea: perros, personas, ciudad,…
Además de estas señales globales, que debemos ver siempre en su conjunto (recordemos los Displays), existen otras más sutiles y en muchos casos difíciles de ver, que envían una valiosísima información que no se nos debe escapar:
Los perros tienen cerca de 30 señales de calma, quizá incluso más. Algunas de esas señales las utilizan la mayoría de los perros, mientras que otros individuos tienen un “vocabulario” increíblemente rico. Esto varía de un perro a otro.
Los perros también muestran señales de estrés, que pueden ser: enfermedad (vómitos, diarrea…), caída de pelo en exceso, orejas hacia atrás, lamido de hocico y nariz repetidamente, jadeos rápidos y fuertes, bostezos más intensos de lo habitual, evitación o escape, conductas destructivas, ladridos o aullidos excesivos, sacudirse, rechazo a la comida, postura baja, deposiciones inadecuadas.
Todos los talleres que hemos impartido a día de hoy han sido un éxito total. Obteniendo alta satisfacción por parte de los profesionales de la clínica veterinaria y con gran alivio por saber, por fin, cómo deben actuar ante determinadas situaciones.
