Los perros groenlandeses, al igual que los perros inuit canadienses, son un símbolo tradicional para el pueblo inuit y también representan el prestigio de un cazador y, por lo tanto, de su riqueza. Sin ellos, ya no son lo mismo. Sin ellos, dejan de sentirse seres humanos, es decir "inuit".

Expedición en trineo de perros.
UN ORIGEN MILENARIO
Aunque entre algunos pueblos paleosquimales que poblaron el Ártico hace miles de años se han encontrado restos de huesos de perros y estructuras similares a los trineos en sus antiguos asentamientos, no fue hasta la aparición de la cultura Thule que realmente tenemos pruebas fehacientes de que utilizaron el trineo de perros como medio de transporte. La cultura Thule (1000-1800 d. C.) es la antecesora moderna de los inuit históricos. Tiene sus orígenes en la región del estrecho de Bering y es producto de la evolución de varias culturas aparecidas en Alaska y Siberia. Los Thule emigraron hace unos mil años hacia Canadá y, posteriormente, Groenlandia. Este pueblo fue el que desarrolló el trineo de perros como medio de transporte tradicional durante los períodos más fríos. Normalmente tan sólo utilizaban tres o cuatro perros por trineo y no ha sido hasta hace bien poco que los cazadores inuit han aumentado el número de canes hasta llegar a la docena o incluso más para arrastrar sus trineos.

Jens Danielsen, Francesc Bailón y Qulutiana Kristiansen.
LOS INUIT: CAZADORES DEL GRAN NORTE
Actualmente hay unos 160.000 inuit (según datos de la Inuit Circumpolar Council) que habitan en un vasto territorio que se extiende a lo largo de casi 6.000 kilómetros de longitud, desde Kalaallit Nunaat, las regiones árticas de Alaska y Canadá hasta la península de Chukotka (Rusia). Tradicionalmente los inuit (también conocidos con el término despectivo de "esquimales") han sido cazadores, pescadores y recolectores, y debido al extenso territorio en el cual se desarrollaron se crearon distintos grupos humanos diferentes pero con algunos rasgos culturales comunes. Precisamente el trineo de perros fue uno de los elementos tradicionales más característicos de este pueblo y con el que se identificaron todos los grupos inuit. Desgraciadamente, y con la llegada de las motos de nieve, muchos han sustituido este medio de transporte tradicional por uno de más moderno.

Los perros groenlandeses no ladran sino que aúllan.
EL PERRO GROENLANDÉS
De la familia de los spitz, esta raza es considerada una de las más antiguas del mundo. Se cree que llegó a Groenlandia hace unos 4.500 años, aunque no es seguro que originalmente estos animales fueran utilizados como "perros de trineo". Si bien comparte antepasados y características comunes con el Samoyedo, el Husky Siberiano, el Malamute de Alaska y el lobo ártico, se trata de una raza única y diferente al resto. En 1990 fue reconocida como tal, recibiendo el nombre de Perro de Groenlandia (o Grønlandshund en danés) y en Kalaallisut (groenlandés): Qimmeq (singular) y Qimmit (plural).
La altura a la cruz del perro groenlandés es de 51 a 61 centímetros para las hembras y 58 a 68 para los machos. El peso suele ser similar en ambos casos, entre 30 y 32 kilos. Su pelaje es duplo, preparado, para combatir las bajas temperaturas del Ártico: el subpelo es suave pero pesado y la camada externa es lisa, bastante crespa y larga en el tronco, miembros y cola. Tiene un cráneo ancho, con un chaflán nasal definido. La nariz hace la forma de un cono y los ojos son oscuros, oblicuamente inseridos. Las orejas son pequeñas, expresivamente erguidas y triangulares, de puntas redondeadas. Tiene un cuello extremamente robusto y compacto, un tronco rectangular y corto, pudiendo ser un poco más largo en las hembras. Posee unos miembros vigorosos, huesos pesados y muslos musculosos que le confieren una excelente propulsión. La cola, elevada, suele estar enrollada sobre el dorso.
Los perros groenlandeses son independientes, incansables, leales y devotos en sus funciones. Fuertes e inteligentes, se adaptan a las condiciones exigentes del Ártico y, además, tienen una gran resistencia para el tiro sobre el hielo y la nieve en las condiciones más duras. No suelen ladrar, sino que aúllan y se dirigen a su amo para expresar pena y alegría mediante aullidos, simples o a coro. Cuando son cachorros, son animales dóciles y cariñosos. Al llegar a adultos pueden resultar peligrosos para el ser humano. De hecho, los Ammassalimmiut (grupo inuit de la costa este de Kalaallit Nunaat) creen que si un perro muerde a una persona, se debe matar al resto del tiro como lección a una conducta inadecuada y peligrosa.
En Kalaallit Nunaat, tanto en la costa noroeste como este de la isla, hay más perros que personas debido a que el trineo es el medio de transporte más importante durante los meses de invierno y primavera. En estos lugares normalmente los perros andan sueltos hasta que tienen entre tres y seis meses. Pasado este tiempo, son atados a unas estacas o cadenas. A partir de ese momento ya están preparados para poder tirar de un trineo. Se debe tener en cuenta que los perros en Kalaallit Nunaat son símbolo de poder e identidad cultural, dan un servicio y proporcionan el respeto de sus amos. Por eso cuando un perro se hace mayor deja de ser útil y es sacrificado por su propio amo o por un servicio municipal debido a su vejez o por inactividad.

Los cazadores inuit de vez en cuando deben arreglar sus trineos para que puedan deslizarse mejor por el hielo.
El QIMUSSEQ O TRINEO DE PERROS
"La pareja que forma el esquimal con sus perros es una realidad… Sin sus perros, el esquimal no es él mismo y trata verdaderamente a sus perros como se trata a él mismo". Jean Malaurie, antropogeógrafo y explorador francés.
Cuando los perros groenlandeses acompañan a los cazadores, se sienten felices y en su hábitat natural. Saben que van a por comida y, al igual que sus amos, pondrán todo su empeño en conseguirla. Los cazadores groenlandeses utilizan una serie de vocablos para dirigirse a sus perros y según las zonas pueden ser distintos:
¡A la derecha! ¡Atsuk, atsuk! o ¡Illiilliilli! ¡Llh, llh!
¡A la izquierda! ¡Jujujujuju! o ¡Iu iu! o ¡Harru, harru! o ¡Jo, jo!
¡Vamos adelante! ¡li! o ¡Qoqo!
¡Stop! ¡Aaj! o ¡Oorlaar!
¡Deprisa, deprisa! ¡Huughuaaq, huughuaaq! ¡Iihaar, Huuninihuk!
¡Sentaros! ¡Arivinniaa!
Según los Inughuit (grupo inuit de la costa noroeste de Kalaallit Nunaat), los perros, para poder trabajar, deben estar hambrientos como los hombres, que salen a cazar con ellos cuando tienen hambre. Por este motivo, antes de la partida, les dan un poco de morsa congelada (se digiere mejor durante la marcha) en espera del festín que tendrán al final de la jornada. Algunos cazadores, como los Ammassalimmiut, también les dan pienso.
Los trayectos en trineo de perros por las regiones árticas y siempre dependiendo del terreno y las condiciones meteorológicas suelen ser de 60 a 75 kilómetros al día, a una velocidad media de entre ocho y diez km/h. Durante los viajes sobre la banquisa, estos animales son capaces de percibir instintivamente que el hielo se está fundiendo y saben que están en peligro cuando el olor a mar llega hasta sus hocicos. Por este motivo, los perros son diestros para evitar los lugares más peligrosos del hielo marino, aunque a veces puedan sufrir algún que otro percance.
La osadía y coraje de estos animales se comprueban en la caza del carnívoro más peligroso del Ártico: el oso polar o nanoq. Grupos de tres o cuatro perros azuzados por su amo persiguen y arrinconan al oso para poder acceder a sus zonas más vulnerables; muchos son heridos de muerte, pero los otros no abandonan la presa durante horas e incluso días, olvidándose del cansancio y del hambre, hasta que llegue el cazador y pueda abatir al oso. También ayudan a cazar focas sobre el mar helado, buscando siempre los respiraderos que éstas hacen en la banquisa.

Después de una larga jornada y tras descargar los trineos, los cazadores les dan de comer. Los perros son colocados en la misma disposición del tiro, esperando su comida y aúllan de placer al ver cómo se acercan sus amos con los cubos llenos de carne de foca o con las bolsas llenas de pienso. A veces también se les da tiburón, un alimento muy apreciado por los Perros Groenlandeses. Estos animales, al igual que los cazadores inuit, se sienten felices y libres sólo cuando viajan.

Un breve descanso antes de continuar la marcha.
EL DESHIELO HUMANO. El FUTURO DEL QIMMEQ
Desde hace ya algunos años los efectos del calentamiento global que asola a nuestro planeta se están notando de una forma significativa en las regiones árticas. Sin duda, los inuit son uno de los pueblos más afectados y los cazadores más tradicionales están sufriendo las consecuencias, al igual que sus perros de tiro. No hace mucho que se han empezado a sacrificar estos animales, ya que los viajes en trineo son cada vez menos numerosos y más peligrosos. A menudo, el mar helado suele resquebrajarse, hundiendo trineos enteros, incluyendo perros y personas al fondo de sus aguas.
El período en el cual los inuit solían desplazarse con los trineos de perros se ha reducido considerablemente hasta llegar casi a la mitad. Esto provoca que los perros se pasen prácticamente ocho meses sin poder salir de los poblados. De hecho, en lugares como Qaanaaq y Moriusaq (noroeste de Kalaallit Nunaat) se han dado casos donde los cazadores han tenido que sacrificar a sus perros por no poder alimentarlos ¿Cómo van a hacerlo si no pueden salir a cazar y a pescar como en el pasado? A menudo no pueden llevarles comida y mantener unos perros los cuales desgraciadamente han perdido toda funcionalidad es muy costoso para un pueblo que observa cómo su mundo se está deshaciendo a pasos agigantados.
Los cazadores del hielo son uno de los últimos soplos de humanidad que le quedan a este planeta. El ejemplo de este pueblo, conviviendo en perfecta simbiosis con la naturaleza, nos debe mostrar lo que un día fuimos para entender en lo que ahora nos hemos convertido.
¡El Perro Groenlandés, al igual que los cazadores inuit, están en peligro de extinción! ¿Seremos capaces de evitarlo? ¿Hasta cuándo seguiremos silenciando los aullidos que nos llegan del Gran Norte?
"Nos preocupa que un día ya no podamos salir a cazar con los perros y que nuestras familias puedan morirse de hambre". Justus Utuaq (cazador Ammassalimmiut).

«Nuestros perros son como nosotros. Les encanta comer, son estómagos con patas». Jens Danielsen, cazador Inughuit del noroeste de Kalaallit Nunaat (Groenlandia).
BIBLIOGRAFÍA.
Bailón Trueba, Francesc, Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia. Guadalturia Ediciones, Sevilla, 2012.
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Ehrlich, Gretel & McLain, David, «¿El fin de los cazadores del hielo?», págs. 78-101, Revista National Geographic España, RBA Revistas, S. A., Barcelona, enero 2006.
Freuchen, Peter, Aventura en el Ártico. Mi vida entre los hielos del Polo, Colección Historia y Aventura, Editorial Centauro, S. A., México, D. F., 1947.
Høeg, Peter, La señorita Smila y su especial percepción de la nieve, Círculo de Lectores, S. A., Barcelona, 1995.
Malaurie, Jean, Los esquimales del Polo. Los últimos reyes de Thule (I), Aventura Vivida, Ediciones Grijalbo, S. A., Barcelona, 1981.
–. Expedición al Ártico. Los últimos reyes de Thule (II), Aventura Vivida, Ediciones Grijalbo, S. A., Barcelona, 1981.

Texto y fotos: Francesc Bailón Trueba. Licenciado en Antropología Cultural por la Universitat de Barcelona. Desde 1997, que se dedica al estudio e investigación de la cultura inuit. Hasta la fecha, ha realizado 16 expediciones al Ártico y ha viajado a más de 40 países. Profesor y conferenciante de temas relacionados con este pueblo y guía cultural de viajes al Ártico. Autor de diversos artículos sobre los inuit y del libro Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia. Colaborador en algunos reportajes premiados relacionados con el cambio climático en las regiones árticas. Página Web: www.antropologiainuit.com
Artículo publicado en revista "El Mundo del Perro" Nº 401