En muchas ocasiones, el interior de los arneses procedentes del Lejano Oriente, que actualmente invaden al mercado, están cubiertos de forro con malla y esponja, materiales bien conocidos y usados para las correas de las mochilas.
En las mochilas sirve muy bien la superficie de nilón, cubierta de agujeros profundos, ya que nosotros, los seres humanos, llevamos la mochila por encima de una ropa, por lo tanto la correa no irrita a la piel.
Sin embargo, en el caso de los perros, nuestros amiguitos de pelo corto, el arnés se mueve en la superficie del pelo y extrae mucho del mismo que luego penetra profundamente en el material. Además, otro problema con el forro de malla y esponja, es que se ensucia de fango y otros contaminantes en la primera lluvia y cuando se seca, estos se endurecen. Por lo tanto, hay que limpiar mucho más estos arneses.
Es preferible elegir un forro que serviría también para los humanos, que llevaríamos con sumo gusto nosotros también, que estén hechos de materiales naturales y/o no dejan la penetración de suciedades resistentes.

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