Requiere, al igual que cualquier cachorro, una dedicación en cuanto a juegos y educación positiva premiando sus avances, y un tiempo para su higiene, cepillados y demás atenciones para su edad.
Es una raza muy fiel con su familia y de carácter un poco terco pero muy cariñoso. Toman un miembro como ejemplo y unen un vínculo muy especial con aquella persona durante toda su vida.
Le gustan los momentos de atención, con juegos y largos paseos, aunque no son perros de mucho ejercicio como un ejemplar de caza. Hay que tener en cuenta el periodo estival, donde las altas temperaturas deben evitarse debido a que por su origen y fisonomía necesita ambientes fríos y lugares cómodos con agua y bien ventilados.
Son perros muy limpios y prefieren el ambiente familiar del hogar.
En cuanto a la higiene, es necesario cepillarles una vez a la semana de manera profunda, con cepillos metálicos tipo mantequilla de púas largas y medias y peine metálico para las patas. Utilizar la carda solamente en época de muda. Es necesaria la limpieza de ojos con gasa estéril y de oídos, con líquidos para ello y toallitas que se puede encontrar en tiendas y veterinarios.
Es importante cortar las uñas siempre que apoyen en el suelo, se controlará después del baño.
En cuanto al baño, se debe utilizar productos de calidad para su tipo de pelo: un champú específico para su pelo en cuanto a volumen y color y un acondicionador para la nutrición del manto. Es muy importante un buen aclarado y un perfecto secado con aire templado para evitar posibles dermatitis por humedad.
Solamente se debe recortar aquellos pelos que impidan un libre movimiento del perro y llevar a cabo un mantenimiento de higiene, siempre protegiendo la silueta propia de la raza. Bañar y cepillar siempre que lo requiera, sobre todo para habituar al aseo, y al menos una vez al mes en edad adulta.
Es muy importante una buena alimentación con productos de alta calidad, evitando conservantes, colorantes y cantidades excesivas de cereales, para no ocasionar alergias o intolerancias alimentarias.
Los momentos de cepillado y de baño deben ser siempre tratados como situaciones de juego, con premios mediante caricias y premios al final del mismo. De esta forma relacionará la higiene con momentos de felicidad y cariño.