La primera y remota selección de este tipo de perro fue hecha por la tibu paleoasiática ciukci, o chiukchi, cuyo criterio, en principio exclusivamente funcional, tenía en cuenta la fuerza necesaria para tirar del trineo, la capacidad de convivencia entre sí para poder acerlo en grupo y, fundamental, un índice de docilidad con los humanos tan alto que permitiera dejar a los bebés protegidos con su calor. Lógicamente, el hecho de que se produjera una paulatina homogeneidad en el tipo se debería al hecho de que los mejores ejemplares nacerían de cruces con algún grado de endogamia, más o menos intencionada, pero con la finalidad de obtener el comportamiento deseado, lo que en muchos casos coincidiría con el aspecto físico.
Según datos contrastados, los primeros pasos «americanos » protagonizados por aquellos perros se produjeron a finales del siglo XIX, con el descubrimiento de oro en Alaska, un territorio inhóspito, donde los animales de tiro convencionales (caballos y asnos) no podían sobrevivir durante los duros y largos inviernos debido a la ausencia de pastos. Como es lógico deducir, el trasiego humano que supuso el deseo de conseguir alguna pepita del rey de los metales preciosos generó infinidad de actividades paralelas.
Una de ellas afectaba directamente a los perros, ya que éstos también eran utilizados en apuestas de toda índole: el más fuerte, el más rápido...
Una de las jaurías más importantes en el desarrollo de esta raza procedía directamente de Siberia, la destinada a la exploración ártica por parte del noruego Amundsen, que fue adquirida finalmente por su compatriota Leonard Seppala en 1913 debido al estallido de la I Guerra Mundial. Por su parte, este ciudadano noruego fue protagonista de una de las mayores hazañas en su época: durante una epidemia de dipteria en Nome, hubo que transportar el medicamento adecuado a través de 658 millas mediante el relevo de tiros de perros y él cubrió una de las más relevantes. Esto hizo que recibiera la felicitación del Congreso estadounidense, si bien la antigua Alieska rusa —comprada a la Rusia zarista en 1867— no formó parte de los estados federados hasta 1959. A este respecto, la mundialmente famosa carrera de trineos Iditarod se desarrolló a partir de la All Alaska Sweepstakes, que iba desde Nome a Candle en un trayecto de ida y vuelta (408 millas en total), organizada por primera vez en 1908 para conmemorar tal hazaña.
El primer CRIADERO HUSKY SIBERIANO especializado en territorio estadounidense, sin considerar Alaska, se estableció en el estado de Maine (en la costa este) se llamaba Poland Spring, fundado con perros de Seppala, en copropiedad con una guía de trineo local, Elisabeth Ricker. En esta zona de Estados Unidos, Nueva Inglaterra, los inviernos son muy largos y fríos, por lo que este tipo de perro era muy apreciado, hasta el punto de que era utilizado como perro de tiro de trineos para recorridos turísticos, además de como experto competidor en pistas trazadas.
La llegada del Siberian Husky a España supuso todo un impacto, de modo que muchos lo hicieron el centro de sus deseos. A partir de ahí la raza experimentó una gran acogida que la situó entre las primeras en elección, puesto que apenas ha abandonado desde entonces.