Los perros, a diferencia de los humanos, regulan su temperatura a través del jadeo y la sudoración por las almohadillas y las zonas con poco pelo. Por ello, las altas temperaturas, un espacio con escasa ventilación y expuesto a altas radiaciones solares o la falta de hidratación pueden desencadenar en nuestra mascota un golpe de calor.
En este sentido, desde el ICOVV destacan la importancia de tener siempre a disposición de nuestra mascota agua fresca y limpia e intentar no salir a la calle en las horas más sofocantes del día.
Además, si vamos a viajar en coche con él, nunca deberemos dejarlo encerrado dentro, ni siquiera con las ventanillas bajadas.
En cuanto a las razas de los animales, los veterinarios valencianos recomiendan prestar especial atención a las razas o animales más susceptibles de sufrir este tipo de dolencia, como son los perros más jóvenes o de edad más avanzada. Así, el bóxer, carlino, bulldog y cualquier animal braquicéfalos son los más propensos.
Reconoce los síntomas y actúa
Los primeros síntomas de un golpe de calor en un perro son encías rojas y brillantes, boca abierta, mareo, jadeos continuos, excesiva salivación y apatía.
El Colegio de Veterinarios de Valencia destaca la importancia de reconocer estos primeros síntomas para poder atender a nuestra mascota lo más rápido posible.
Lo primero que debemos hacer es intentar tumbar al perro a un lugar con sombra, y refrescarle poco a poco con agua o ponerle telas húmedas en el cuello y la cabeza para intentar bajarle la temperatura corporal.
Por último, y no menos importante, tras los primeros auxilios, acude a tu centro veterinario.