Los animales de compañía cada día tienen una mayor consideración en nuestra sociedad y ocupan un lugar destacado en nuestras familias. Son múltiples los beneficios que nos pueden proporcionar, a nuestros niños, a nuestros mayores, a nosotros mismos. Compañía, afecto, aumento de nuestra actividad física. Despertar valores en los más pequeños sobre responsabilidad, dedicación, orden, paciencia son también beneficios que nos pueden aportar.
Pero también pueden ser un motivo de conflictos, tanto en la familia como con relación a los vecinos o al resto de la sociedad.
Ser propietario de una mascota conlleva una serie de responsabilidades que han de ser tenidas en cuenta siempre de forma previa a la adquisición de la misma.
La falta de información y, sobre todo, la falta de formación de algunos propietarios de mascotas, genera multitud de problemas, tanto a los propios animales como a terceras personas.
SEIS PREGUNTAS QUE DEBES HACERTE ANTES DE COMPROMETERTE
¿Por qué quiero un animal de compañía? ¿Conozco las necesidades de la mascota con la que voy a convivir? ¿Estoy en condiciones de cumplir con sus necesidades? ¿Conozco la normativa que afecta a la tenencia de esta mascota? ¿Dispongo del tiempo, la paciencia y el dinero suficientes como para hacer frente a los problemas de salud y conductuales que puedan surgir? ¿En la familia todos están de acuerdo con tener un animal de compañía?