“Queríamos responder a qué se debe esta elevada percepción de que nuestro perro vive muy feliz, mucho más que nosotros mismos, y analizar hasta qué punto es real y si podemos mejorar esa calidad de vida”, afirma Isabel Buil, directora de Fundación Affinity
Según este estudio de Fundación Affinity, varios factores influyen en esta creencia de que nuestro perro tiene una vida plenamente satisfactoria. El principal de ellos es la cercanía emocional entre las personas y su animal de compañía, que se refleja en una serie de actividades cotidianas, como son abrazarlo -un 86% así lo confiesa-; y besarlo -lo hace habitualmente un 69%-.
El segundo de los factores que lleva a las personas a pensar que su animal vive muy feliz es el hecho de que sienten que le dan a su perro todo lo que este quiere, seguido de la certeza de que ambos se entienden, mutuamente, a la perfección.
“Conocemos muy bien cómo es ese vínculo especial que se establece entre una persona y su perro. Vemos que, en general, las personas que conviven con un perro tienen una proximidad emocional muy fuerte con ellos y un enorme deseo de cuidarlos. Pero la pregunta que surge es: ¿Sabemos realmente qué necesita nuestro perro para ser feliz?”, reflexiona Buil.
Para medir el nivel de felicidad hay que tener en cuenta los factores que inciden directamente en la calidad de vida de un perro, que son principalmente tres: la salud física del animal, incluyendo una nutrición adecuada y atención sanitaria; el tiempo que pasa en compañía, interacciona y recibe afecto de las personas y de otros perros; y la actividad física y mental habitual, en un entorno exterior e interior que lo estimule.
“Este dato nos revela que no todas las personas asocian la compañía con su perro y estimularlo física y socialmente como algo que influya en su felicidad, cuando en realidad sabemos que es así. Nuestro estudio sugiere que debemos trabajar para explicar mejor a las personas cómo ve y experimenta el mundo un perro, y qué es importante para que se sienta feliz. No estamos diciendo que lo hagan mal, pero sí que existe margen para mejorar”, afirma Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity.
“Que las personas podrían cuidar mejor de sus animales de compañía no es nada nuevo. Lo que es innovador es descubrir que la persona cree que lo hace bien. Esto es muy importante ya que, si pienso que ya lo hago todo bien, no voy a atender mensajes que tratan de mejorar mi patrón de cuidado del animal”, asegura Fatjó.
Otros datos interesantes del estudio de Fundación Affinity son, por ejemplo, que a un 90% de las personas convivir con un perro les proporciona compañía constante y a un 80% su animal de compañía le ayuda a superar momentos difíciles. El 73% revela que su perro muestra constante atención hacia ellos. Por su parte, las personas le proporcionan afecto -a través de abrazos, besos-, y un 69% confiesa que le cuenta a su perro cosas que no le dice a nadie más.
1 Fuente: World Happiness Report, United Nations Sustainable Development Solutions Network, 2018.