La oferta turística de Galicia es amplia y variada. Puedes optar por una casa rural en Mondariz que admite perros. ¿Por qué? Pues porque en esta localidad se encuentra uno de los mejores y más famosos balnearios de toda España, un gigantesco spa donde abandonarse al relax más absoluto, con magníficas termas, sesiones de masaje… así que no se nos ocurre nada mejor como punto de partida. Resetear y empezar de cero.
El turismo rural en Pontevedra, La Coruña, Lugo y Orense, las cuatro provincias gallegas, tiene ya una larga tradición y un enorme calado. Es una opción ideal para aquellos que están pensando en pasar unos días en plena naturaleza paseando por pequeñas aldeas llenas de encanto, más propias de otro tiempo que del presente. En ellas se respira un ritmo de vida muy diferente al que estamos acostumbrados.
Las Rías Baixas y sus viñedos, la quebradiza Costa da Morte, las islas Cíes, los acantilados de la sierra de Capelada –que son los más altos de Europa, llegando a alcanzar los 700 metros de altura-, la desembocadura en cascada del río Xallas, el parque natural de Río Barosa, los monasterios medievales de la Ribeira Sacra, los hórreos de Combarro, las pallozas de Piornedo y un largo etcétera de reclamos te esperan en Galicia para dejarte con la boca abierta.
Las empanadas gallegas no tienen absolutamente nada que ver con las que encontramos en los supermercados.
El marisco de Galicia no tiene parangón: ostras, nécoras, vieiras, centollos… todo de una calidad superior.
El pulpo es un manjar apetitoso. Si tienes la oportunidad, cómelo en Melide, parada obligada de todos los peregrinos del Camino de Santiago.
Y para los amantes de las brasas, pocas carnes tan jugosas como la ternera gallega, criada en sus verdes pastos. O el lacón, el codillo... una verdadera delicia.
Parafraseando al androide más famoso de la historia del cine, en Galicia comerás cosas que jamás creerías; ¡por sabrosas, por baratas y por copiosas!