La vida en el continente americano requirió mucho trabajo por parte de los colonos, en particular, en la zona brasileña, que es la que ahora nos interesa.
Estos colonos necesitaron desde el primer momento un fiel guardián que mantuviese sus nuevas propiedades a salvo de los que buscaban los mejores terrenos para establecerse. A su vez, la defensa también se encauzaba además de ante otros seres humanos, ante animales que amenazaban al ganado doméstico, caso de los jaguares. También se le utilizó para detectar y agarrar los grandes suidos sudamericanos, convirtiéndose en un gran oponente ante las defensas de estos jabalíes. La guarda, la defensa, la caza…, pero también fue utilizado para el control de los esclavos, muy numerosos en las bastas plantaciones.
Además de poder rastrear, también hacía presa cuando encontraba su objetivo, de ahí que cao de fila pueda traducirse como perro de presa.
Cuando la esclavitud es abolida, estos perros pasan a ocuparse de otras funciones en estas grandes haciendas, como ocurrió con el pastoreo, trabajo para el cual goza de instintos naturales que le convierten en un gran guardián de grandes rebaños.
En el año 1968 se confeccionó en primer estándar de la raza, escrito por los doctores Erwin Rathsam, Paulo Santos Cruz y Joao Ebner, fecha en la que también fue reconocido por la FCI. Este estándar fue revisado con motivo de uno de los grandes acontecimientos que han sucedido para la raza: el Congreso nacional de la raza celebrado en Río de Janeiro en 1983. Se comenzó un trabajo muy escrupuloso que detalló exquisitamente el estándar de la raza que finalmente vio la luz en el año 1994.