Debemos tener en cuenta que la educación siempre resulta clave en la formación del carácter de cualquier perro, así como la experiencia y lo que su material genético le ha transmitido. La selección del carácter ha sido una de las claves de todos los criadores responsables desde la creación de la raza, pasando por diversas etapas en las que se requería un tipo u otro de temperamento.
Como cualquier perro que ha sido diseñado para el trabajo duro y que, además, disfruta con ello, el Fila Brasileño necesita a su lado una persona que sepa sacar de él todo el potencial que atesora.
Este perro debe estar siempre bajo el control de su dueño, lo que requiere de éste que sea firme, que sepa cómo conducirlo y educarlo de una manera autoritaria. La esencial razón la encontramos en que su educación debe ser llevada de una manera segura y consistente, pero sin imposiciones ilógicas. Es un animal sensible en lo que se refiere a su dueño, acusando mucho los malos tratos, que le pueden afectar hasta el punto de convertirlo en un perro miedoso e inseguro.
Su Fila agradecerá sesiones de trabajo tranquilas, lógicas, sin prisas ni sobresaltos, ante las cuales responderá de una manera óptima, aprendiendo rápidamente.
Teniendo en cuenta que esta raza es de las más rústicas que existen, además de valiente y protector al máximo, la socialización es uno de los aspectos claves para convertir a este perro en un buen ciudadano, entendida como una correcta convivencia y contacto con las personas que le rodean, así como con las situaciones más comunes de la vida en sociedad.