Recomendaciones y precauciones
La procesionaria del pino tiene efectos importantes en personas y en animales. Los pequeños pelos con los que están recubiertas las orugas -500.000 tricomas por cada ejemplar- pueden producir alergias, problemas respiratorios e irritación de la piel en forma de sarpullido o erupciones. Por ello, los expertos de Rentokil Initial recomiendan seguir una serie de indicaciones para evitar poner en riesgo la salud:
- Evitar las zonas afectadas.
- Evitar cualquier contacto físico, no sólo con las orugas procesionarias del pino, sino también con sus nidos (bolsones), o con los árboles afectados por esta plaga.
- Proteger las zonas expuestas, especialmente la cara, los ojos y el cuello, los brazos, el torso y las piernas.
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Esta plaga es especialmente hiriente en los perros, ya que pueden generar necrosis en los tejidos de la garganta y la boca, así como reacciones anafilácticas que les pueden causar la muerte si no son tratadas a tiempo
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Además, en el caso de las mascotas, esta plaga es especialmente hiriente en los perros, ya que pueden generar necrosis en los tejidos de la garganta y la boca, así como reacciones anafilácticas que les pueden causar la muerte si no son tratadas a tiempo.
Ciclo biológico de la procesionaria del pino
La procesionaria del pino cuenta con cinco estadios larvarios (fase oruga) hasta que se transforman en crisálidas, de las que después emergen las mariposas adultas.
El ciclo reproductor y las tres primeras fases larvarias comienzan en verano y se prolongan hasta principios de diciembre. En otoño, la oruga procesionaria inicia su etapa de desarrollo y se prepara para la llegada del invierno construyendo los bolsones (nidos de seda) que le servirán de refugio. Esta fase, en la que se está ahora, es muy variable y su duración depende de la zona en la que se encuentre la plaga -1 mes en zonas cálidas y hasta 3 meses, todo el invierno, en zonas más frías.
La muda al quinto estadio se realiza al comienzo de la primavera. Este último estadio se caracteriza por una intensa alimentación- pueden llegar a defoliar completamente los pinos. Este periodo, a lo largo de la primavera, acaba con el abandono del nido y del árbol por parte de las orugas ya maduras, que bajan por los troncos en “procesión” y van buscando zonas adecuadas para su enterramiento-en los bordes o claros de los bosques.
Tratamientos y medidas
Para controlar la población de oruga procesionaria es necesario tomar medidas durante todo el año, y en función del estadio del ciclo biológico en el que se encuentren, aplicar el tratamiento más adecuado. Ante cualquier indicio de una posible infestación por orugas -por la presencia de bolsones blancos de seda en los árboles- se debe recurrir a expertos profesionales y nunca tocar los nidos o aplicar remedios caseros.
Fuente: Rentokil Initial.