■ Resultar intimidatorios; por ejemplo, un excesivo uso de la correa o de las manos y una posición corporal erguida.
■ Que el perro aprenda a desobedecer (en especial si trabajamos en espacios abiertos en las primeras sueltas y el perro descubre un sinfín de posibilidades antes de aprender lo que se demanda de él).
■ Caer en las incitaciones al juego que nos ofrece (parándose corto o invitándonos a jugar a «polis y cacos»).
■ Perseguirlo para obligarlo a que nos ofrezca la respuesta (acercarse a nuestro lado).
■ Corregir al perro cuando se acerca a nuestro lado.
■ Seleccionar entornos con un excesivo número de distracciones (olores, otros perros, comida, etcétera).
■ El perro anticipa el final de la suelta (de su ración de dicha diaria).
Las claves del éxito
■ Seleccionar el entorno adecuado, sin distracciones inicialmente (en función del nivel del ejercicio).
■ Poner todos los medios necesarios para que el perro no pueda cometer errores en su proceso de aprendizaje.
■ Premiar al perro en todas y cada una de las ocasiones que se acerca a nuestro lado.
■ Controlar el grado de distracciones.
■ Hacernos más atractivos para el perro; es decir, que el perro nos asocie con las cosas positivas.
Este ejercicio de llamada nos brindará numerosas oportunidades para para interaccionar con él sin restricciones físicas.
Por todo ello, con este ejercicio de respuesta a la llamada buscamos:
■ Obtener un buen nivel de respuesta a la llamada. Útil tanto en situaciones cotidianas como en las de emergencia.
■ Reducir el estrés que nos produce la posibilidad de perderlo en los espacios públicos.
■ Ganar confianza en el control sobre nuestro perro, que nos permita darle suficientes oportunidades para la suelta en parques y espacios abiertos.
■ Darle la oportunidad de relajarse y ejercitarse, pero fortaleciendo así los lazos entre amo y perro.
■ Conseguir que el perro esté pendiente de su amo, lo que nos permite mantener una distancia de control.
■ Reducir los riesgos de incidentes y molestias a otras personas en los espacios públicos.

Algunos perros tardan en responder como
queremos, pero con trabajo paciente y
sistemático se consigue