PEOPLE’S DISPENSARY FOR SICK ANIMALS (PDSA)
El Dispensario Popular para Animales Enfermos, PDSA, fue obra del empeño personal de María Elisabeth Dickin, reformadora social y una pionera del bienestar animal, que en 1917 creó ésta organización de beneficencia veterinaria, para brindar atención a los animales enfermos de gente sin recursos. En su libro «El llanto del animal» recuerda: «En las calles había muchos perros caminando a tres patas, arrastrando una extremidad rota o herida; otros casi ciegos de sarna; cubiertos de llagas; todos abatidos y miserables, buscando comida en la cuneta. El sufrimiento y la miseria de estas pobres criaturas descuidadas en nuestras áreas superpobladas fue una revelación para mí». Consiguió que le cedieran un sótano en el populoso barrio Whitechapel, cuna Jack el Destripador, y con su dinero contrató a un veterinario que había atendido a las mascotas de la realeza. En 1922, el PDSA había abierto siete clínicas en Londres, en las que se atendía gratuitamente a setenta mil animales al año.
«THE BITCH»: ¿FEMINISTAS O PERRAS?
Hasta 1928 Inglaterra no concedió a la mujer el derecho al voto. Algunas destacadas feministas, «suffragette» en el término despectivo acuñado por el periódico «Daily Mail» en 1906, fueron aficionadas a los perros y apoyaron las exposiciones del Ladies Kennel Association. La cinofilia no estaba al margen de los movimientos de emancipación femenina. Según el Oxford English Dictionary, desde que surgió el movimiento sufragista se popularizó en Inglaterra el término «perra» (bitch) como insulto dirigido a las mujeres que pedían el derecho al voto. En 1920, dice el diccionario, la prensa recogió más veces el término «bitch» aplicado a las sufragistas que empleado para referirse a la hembra canina.
En la cultura de la época las mujeres se asociaban con los gatos, animales pasivos y hogareños, y al igual que ellos las mujeres decentes debían quedarse en casa. Sin embargo, los hombres ocupaban los espacios públicos y se asociaban con animales activos como los perros. Una mujer que quería «ocupar el puesto del varón» era una «perra», empleando el término como insulto. Las feministas contestaron con una leyenda: Licurgo, habiendo conseguido dos perros de la misma raza, los educó de manera totalmente diferente; a uno lo trató como un Spaniel, y al otro como un Greyhound. Cuando los animales estuvieron bien adiestrados, los llevó a la plaza pública de Esparta y les puso delante un plato de carne sabrosa, al tiempo que soltaba una liebre. El perro que había sido tratado como mascota se aferró de inmediato al plato, mientras que el otro persiguió a la liebre, que fue capturada y llevada a su amo, en medio de los aplausos de los espectadores, a quienes Licurgo dijo: «Estos dos perros son precisamente de la misma raza y, sin embargo, ¡percibís lo diferentes que se han vuelto por la educación!». Era la educación equivocada la que hacía a la mujer débil y dependiente del varón.
Feminismo y Cinofilia. La mujer como motor del mundo (V)
Algunas luchadoras por los derechos de la mujer y apasionadas por los perros de raza más destacas fueron:
SOPHIA DULEEP SINGH (1876-1948)
Criadora de perros y revolucionaria sufragista. Tenía el título de princesa, era hija de un Marajá imperial de la India y ahijada de la Reina Victoria. Exponía Pomerania y Borzoi. Participaba en el «Annual Toy Dog Show» del Crystal Palace con sus Pomeranias negros y en las exposiciones
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