El tamaño del perro
El espacio donde vivirá el perro es el factor determinante que debe considerar al elegir la raza de perro que quiere incorporar a su hogar. Cada raza necesita un determinado espacio. Cuanto más grande sea el perro, más espacio necesitará para moverse y estar cómodo. De esta forma, las razas de perros pequeños, como el Yorkshire Terrier, el Chihuahua, el Pomerania o el Bichón Frisé son ideales para aquellas personas que vivan en un piso o en una casa pequeña, ya que necesitan menos espacio para correr y jugar. Si tiene una casa más grande, incluso con jardín, terraza o patio, puede considerar razas de perros medianas y grandes, como el Labrador o el Golden Retriever.
Las necesidades del perro
Algo que la mayoría de las personas suelen pasar por alto al elegir un perro es que cada raza tiene sus propias necesidades de ejercicio y niveles de energía. Todos los perros necesitan ejercicio de forma diaria, pero algunos perros tienen más energía que otros. No hay que dejarse engañar por el tamaño. Que sean grandes no significa que necesiten más ejercicio físico, y lo mismo ocurre con las razas de perros pequeños. Por ejemplo, el gran danés, raza conocida por su gran tamaño, es un perro con necesidad de ejercicio moderado. Si no puede comprometerse con más de una o dos salidas al día, debería optar por un perro de baja energía, como el Bichón Maltés, el Bulldog Francés, el Pug o el propio gran Danés. En cambio, si busca un compañero para correr, considere una raza como el Border Collie.
El comportamiento y la personalidad del perro
Cada raza de perro tiene sus propias características físicas y psicológicas. Si bien es cierto que cada perro es único, la raza suele marcar la tendencia del tipo de comportamiento y personalidad que tendrá el resto de su vida. A pesar de ello, es importante recordar que su comportamiento se verá influenciado por el cuidado y el entretenimiento que debe brindarle. En cualquier caso, es fundamental saber cuál es la raza adecuada que será más compatible con su estilo de vida. Por ejemplo, los Fox Terrier, los Shih Tzu y los Poodle son perros sociables, por lo que no suelen dar problemas de carácter.