VIRUSComo hemos visto, la rabia está producida por un virus muy peligroso de la familia de rabdovirus que se transmite mediante la mordedura de un animal enfermo a otro sano. Aunque todos los animales son susceptibles de padecer esta enfermedad, algunos son más propensos que otros; entre estos últimos no se encuentran los perros.
PERÍODO DE INCUBACIÓNUna vez que el virus llega al organismo a través de la mordedura sobre un músculo debe introducirse en el sistema nervioso para comenzar a mostrar los primeros síntomas. Este período de incubación puede ser muy prolongado, puesto que depende del lugar de la mordedura y de la especie animal de la que se trate, así como del ejemplar de la misma. Por ello, se conocen casos en los que ha tardado dos semanas en manifestarse y otros en que no lo ha hecho hasta los seis meses, incluso más.
FASES DE LA ENFERMEDADEl primer síntoma suele ser un
cambio en el comportamiento del perro; normalmente se hace más tímido, con tendencia a estar solo, sin ganas de jugar; en definitiva, se vuelve menos sociable. Cuando la herida provocada por la mordedura les resulta accesible se lamen constantemente, incluso llegan a morderse, de modo que se hacen heridas cada vez más grandes que tienden a infectarse.
Posteriormente
la agresividad del ejemplar aumenta, así como su irritabilidad; en esta fase ataca indiscriminadamente, de hecho se describen casos de intento de mordedura a objetos inexistentes. Asimismo, se producen lesiones propias del sistema nervioso como hipersalivación, hidrofobia y fotofobia. Existe la creencia popular de que el perro se vuelve loco, en cambio, la verdadera razón es que tanto la hidrofobia como el exceso de salivación de deben a la imposibilidad que tiene de tragar.
Según avanza la enfermedad
el perro se vuelve cada vez más huraño, huye de la luz y aumenta el deseo de estar solo. Es entonces cuando pueden aparecer las convulsiones, a consecuencia de la enfermedad neuronal, que pueden llegar a acabar con su vida. Después puede aparecer una parálisis que empieza en la zona de la mordedura y que progresa hasta producir una parálisis flácida, estado de coma y muerte.
Estas fases no siempre se identifican en ejemplares enfermos de rabia. Uno de los factores que influyen en que aparezcan o no es el lugar donde se produjera la herida; por ejemplo, en caso de que fuera en la cara el avance de la enfermedad es muy acelerado, tanto que pueden manifestarse exclusivamente las lesiones nerviosas más severas, lo que hace muy difícil diferenciar la rabia de cualquier otra enfermedad que afecta al sistema nervioso.
PUNTOS CLAVE
- El virus de la rabia produce varias lesiones, entre ellas la encefalomielitis; en cambio, no siempre esta última es producto de la rabia y por ello curable.
- Los estudios realizados en animales enfermos de rabia han revelado que la sangre, la orina o los tejidos tisulares sólo muestran signos de infección pero muy inespecífica.
- Ante la sospecha de que el animal padezca rabia realmente se recomienda que no reciba tratamiento debido al peligro de contagio hacia el hombre.
- El único método eficaz para luchar contra la rabia es la vacunación periódica de la población canina. Esta vacuna no posee efectos secundarios, es muy barata, se administra una vez por año y por vía subcutánea, el método menos doloroso para el animal.