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Foto: El Mundo del Perro - Alberto Nevado.
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Foto: El Mundo del Perro - Alberto Nevado.
Foto: El Mundo del Perro - Alberto Nevado.

Una alzada a la cruz de 80 centímetros e incluso más alta permite a un perro desempeñar labores tan exigentes como la guarda de ganado y de propiedades haciendo uso tan sólo del poder de la intimidación. Las más temidas fieras se han mostrado siempre reticentes a la hora de si quiera acercarse a un gran rebaño trashumante custodiado por Mastines Españoles. Esta raza se ha configurado tanto exterior como interiormente para acompañar al ser humano y poner a su servicio su fuerza, su potencia, pero también su docilidad y gran carácter.

Foto: El Mundo del Perro - Alberto Nevado.

ORIGEN DEL MASTÍN
Texto: Francisco Díaz Cueva (Mastinero y Criador de Mastines Españoles).

Las primeras referencias sobre el Mastín nos han sido legadas a través de autores romanos tales como Apuleyo, Columela o Virgilio. Estos historiadores destacan en algunos de sus escritos el valor, la fortaleza, el poderío físico y el carácter de los grandes Mastines ibéricos.

La pureza racial en aquellos tiempos hay que desecharla, no existe. La idea de que el Mastín fue un regalo del cielo no es razonablemente creíble. El Mastín, tal y como ha llegado a nuestros días, es fruto de una larga, larguísima selección por parte del hombre y el entorno ganadero. Esta milenaria selección se inicia posiblemente en el Neolítico, con la sedentarización del hombre primitivo, contando con unas raíces genéticas tan antiguas y profundas que se pierden en la noche de los tiempos. Muy presumiblemente se remontan a los primeros cánidos salvajes domesticados por el hombre: el lobo, como la investigación actual lo va constatando con mayor seguridad.

Sobre esta milenaria y discutida hipótesis, y comparando la extensa y prolífica documentación al respecto, se podría afirmar en base a los últimos estudios y hallazgos concernientes a este apasionante tema, según datos científicamente contrastados, que el antecesor del perro podría ser el Canis Lupus Pallipes, un lobo con aspecto chacaloide, habitual merodeador de los medios antropógenos originarios de la zona geográfica de donde parten los ancestros culturales del hombre.

RAÍCES IBÉRICAS DEL MASTÍN
Según estudios realizados, se tiene constancia de que en la Península Ibérica la ganadería tiene una antigüedad de aproximadamente 4.000 años. España, por aquel entonces, es una tierra cubierta por enormes bosques, hábitat ideal de los grandes depredadores: linces, zorros, osos y lobos. Los pastores de entonces se ven necesitados de unos perros lo suficientemente fuertes y valientes como para que puedan ayudarles en el cuidado y guarda de sus rebaños.

Seleccionan, crían y eligen los ejemplares más acordes para esta ardua y dura labor. Es así como aquellos grandes perros traídos de Asia hace 4.000 años forman la base genética de este excepcional perro que llamamos Mastín, nuestro Mastín Español.

El Mastín es probablemente la raza española con las raíces más antiguas, tanto como los genes que perduran entre nosotros, procedentes de los primeros pobladores de la Península Ibérica. Y aunque su origen no está del todo esclarecido, también cabe la hipótesis de que llegaron a la península Ibérica de mano de los fenicios y de los griegos, tal y cómo explican en https://nfnatcane.es. Por lo que, a día de hoy, es imposible afirmar al 100% cuál es el origen del Mastín Español.

Las especiales condiciones ecológicas y ganaderas en nuestro país obligan a realizar movimientos semestrales trashumantes. Es en la trashumancia, en ese periódico, constante y obligado ir y venir del hombre y de sus rebaños por casi toda la península, donde el gran perro termina de “hacerse” y se configura el Mastín como el gran perro trashumante que ha llegado a ser. El ganadero y sus rebaños se sienten protegidos y ayudados por él. Este incansable can no escatima esfuerzos: siempre al lado del pastor, siempre vigilante del entorno, siempre protector del rebaño y en constante pugna con el lobo y demás depredadores.


Foto: El Mundo del Perro - Alberto Nevado.

Convivencia, carácter y función del Mastín
Texto: José Manuel Moncó García (Criadero Filandón)

Desde tiempos inmemorables nuestro Mastín Español ha estado ligado íntimamente a la guarda y defensa del ganado, bien sea ovino, bovino, equino, caprino, etc. Estos fieles perros acompañaban al ganado desde los establos hasta las praderías donde pastaban y en las épocas más calurosas también lo hacían a brañas o pastos comunales de montaña.

Dependiendo del tipo de ganado que debiera guardar el Mastín, éste tenía el suficiente instinto como para defenderlo sin necesidad de que estuviese el pastor presente. Mi abuelo, ganadero de profesión, nunca dejaba de tener con sus vacas una pareja de magníficos ejemplares de Mastín Español, y por otro lado delegaba la guarda y defensa de la casa en otro ejemplar.

Antiguamente todas las casas de labranza disponían de un amplio corral, en el cual siempre había un Mastín que por el día hacía las delicias de los mas jóvenes, ya que por su tamaño bien podía ser su caballo, y por la noche su función no era otra que deambular por la era y el corral de la casa protegiendo de la posible intrusión en su terreno a defender.

Transcurridos los años, la función en sí de nuestro Mastín Español sigue siendo parecida a la de antaño, siendo cada vez menos los rebaños a defender y las casas de labranza a guardar. Sin embargo en la actualidad podríamos exponer que su misión se concentra más en la vigilancia de alguna parcela o chalet, ya que lo que permanece intacto en él es ese instinto de protección de lo suyo y ese cuidado especial con los menores de la casa. En esta última es donde realmente se puede valorar el enorme potencial protector de nuestro Mastín Español, ya que al ver cómo interactúan entre ellos cualquiera pensaría que llevan toda la vida compartiendo techo.

Hace años me decidí a criar esta raza porque siempre sentí una gran admiración por este magnífico animal. Su carácter y convivencia con las personas es algo digno de apreciar, además de tratarse de un perro cariñoso, con nobleza excepcional y protector, pero esta protección nunca se presentará de una manera agresiva. Su defensa se basa en un ronco ladrido con el cual realmente amedrenta, pero en raras ocasiones este ladrido se convierte en un acto violento.

Y finalizaré este breve artículo animando a todos aquéllos que estén interesados en adquirir un Mastín Español y tengan espacio para él a que no duden que tendrán una mascota que hará que su convivencia con él sea una auténtica delicia.

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