Cuando el Bobtail camina, la parte posterior se balancea a la manera de un oso. Al trote, la extensión es fácil y la impulsión dada por los posteriores es potente. Los miembros se desplazan en planos paralelos al eje del cuerpo.
El galope es muy elástico mientras que, en movimientos lentos, ciertos perros pueden tener tendencia a marchar en paso de ambladura.
Atrás quedan ya los tiempos de trabajo en el campo. Hoy, el Bobtail es un perro de compañía o de exposición que ha conquistado a públicos y aficionados de todo el mundo por su espectacular manto, su modo de andar muy parecido al de un oso y su entrañable personalidad.
Inteligente, leal, protector, vigilante, intrépido pero, sobre todo, excepcionalmente cariñoso y gran amante de los niños. El Bobtail no escatima en muestras de afecto y se adapta a la vida urbana siempre que no olvidemos que necesita mucho ejercicio.
| Foto El Mundo del Perro y Alejandro Llacer. |
Podemos encontrar pinturas del siglo XVIII en las que ya aparece representada esta raza pero no sería hasta el siglo XIX cuando quedaría fijada. En 1855 era reconocida por el Kennel Club pero hasta 1863 no serían vistos en exposiciones; el First International Dogshow fue testigo de las dos primeras inscripciones de esta raza en la categoría English Sheepdogs.
Su verdadero nombre es Antiguo Perro de Pastor Inglés (Old English Sheepdog) pero el gran público le conoce como Bobtail que significa «cola cortada», uno de los rasgos más característicos —y en la actualidad quizá uno de los más controvertidos— de esta raza. Fuerza, astucia y agilidad son tres características que le convierten en el perro ideal para conducir ganado, oficio al que se dedicaba en origen.
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