Las características morfológicas del Spitz Alemán están normalizadas en el estándar número 97 de la FCI, clasificado en la sección 4, Spitz Europeos, del grupo 5, perros tipo Spitz y primitivos. La raza no está sometida a prueba de trabajo y su funcionalidad se define como la de un perro de vigilancia y de compañía.
Dicho estándar ampara los cinco tamaños del Spitz Alemán, así como los diferentes colores admitidos en cada uno de ellos, por lo que se trata de una sola raza, si bien con una generosa variedad morfológica dentro de la misma. Las diferentes variedades gozan de gran número de características comunes, siendo una de las más evidentes la estructura de su pelaje, con una doble capa de pelo. El estándar describe: «…la capa externa es de pelo largo, recto y separado y la capa interna es de pelo corto, denso y lanoso. La cabeza, orejas, cara anterior de los miembros anteriores y posteriores y de los pies están cubiertos por pelo corto y denso (aterciopelado). El resto del cuerpo posee pelo largo y abundante. El pelo no debe ser ondulado, chino, ni formar greñas, ni debe presentar una raya en el dorso.
Una espesa melena cubre el cuello y los hombros.
La cara posterior de los miembros anteriores presenta pelo en forma de plumas. Los miembros posteriores deben estar cubiertos de pelo largo desde la grupa hasta la articulación del corvejón. La cola debe estar recubierta del pelo largo y abundante…».
Todas las variedades de Spitz alemán mantienen también como característica constante la proporción de 1:1 entre la longitud del perro y la altura a la cruz, así como la ausencia de pliegue alguno en la piel, que debe estar en todos los casos bien adherida al cuerpo.
La variedad de mayor tamaño es la conocida en castellano como Spitz tipo Lobo y, más universalmente, como Keeshond o Wolfspitz, cuya altura deseable a la cruz es de 49 centímetros. En el pelaje del Keeshond sólo se admite el color que el estándar define como grisáceo, entendido como «…color gris plateado con puntas de los pelos negras.