Nuestras Razas > PERRO DE AGUA ESPAÑOL
También conocido como perro de lanas o turco, según la zona en la que se encontrara, nuestro Perro de Agua se ha convertido en una de las razas autóctonas más difundidas y queridas por los que la conocen. Aunque también se le podría haber llamado perro de pastor español, puesto que la conducción del ganado ha sido una de las labores que más ha llevado a cabo durante muchos siglos. La polivalencia le ha llevado a acompañar a los cuerpos de seguridad y rescate como detector de sustancias prohibidas, perro de rescate, además de destacar como perro de caza o de terapia. Esta polivalencia ha sido lo que le ha llevado a adaptarse a cada nueva exigencia que se le presentaba durante su dilatada historia junto al ser humano.
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Texto: Antonio García Pérez (De Ubrique)
Cuando descubrí esta raza de perros hace más de cuarenta años, era un niño..., nieto de un cabrero viejo (del siglo XIX), que cada día ordenaba a sus perros «Tarzán» y «Mora» que recogiesen el ganado y lo acercaran al corral para ser ordeñado.
Mis abuelos (y mis tíos, hoy octogenarios) siempre han utilizado a nuestros Perros de Agua Españoles como ayudantes en el manejo del ganado: cabras, ovejas, cerdos, vacas...
No hay ninguna otra razón para la existencia y conservación de esta raza durante tantos años como no sea la de su funcionalidad.
No existe una teoría aceptada mayoritariamente que explique el origen del Perro de Agua Español. Lo único a lo que podemos recurrir es a investigaciones que han derivado hacia procedencias más o menos reconocidas. Las más aceptadas nos llevan a perros antiquísimos de los que también surgió, por ejemplo, el Barbet. Estos perros acompañaban a las hordas invasoras islámicas en su expansión, que llegaron a la Península Ibérica en el siglo VIII. En Medio Oriente, estos perros cuentan con una tradición como conductores del ganado que se pierde en los siglos precedentes a este hecho. También se ha estudiado otra teoría basada en el nombre por el que se le ha conocido popularmente: «turco». Se ha pensado que su origen podría hallarse en las relaciones comerciales que se mantuvieron con los marineros turcos desde el siglo VIII.
Todo esto se reduce al campo teórico, ya que no es hasta el año 1585 cuando encontramos las primeras referencias escritas de un perro similar a nuestro actual Perro de Agua Español.
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| Antonio Carvajal Tinoco (Afijo Del Marismeño). |
Texto: Javier Montero Fernández.
Es un honor para mí, lo primero, poder redactar esta pequeña biografía sobre D. Antonio Carvajal Tinoco, criador, conservador y amante de esta maravillosa raza Perro de Agua Español y propietario del afijo ‘Del Marismeño’ nº 422/91, para mí un ejemplo a seguir del que aprendo todos los días y al que tengo como amigo, pero de esos que se pueden contar con los dedos de una mano.
Su carácter es otro de los tesoros que la raza ha mantenido hasta la actualidad y la causa esencial de que muchas familias lo hayan llevado a casa para disfrutar de su compañía. Fidelidad, obediencia, fácilmente educable, equilibrado, son algunos de los rasgos de su temperamento. Muestra siempre una alegría contagiosa, es valiente y trabajador, disfruta y hace disfrutar de los ratos de actividad, de los paseos.
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